domingo, 14 de agosto de 2011

Micro-relato: El abuelo



¡Viajeeeeros al Treeeen...!

 Acto seguido se escucha la voz del revisor… ¡Apresúrate Manuel, que te quedas en tierra!  Agitado, entro en el tren originando, como cada mañana,  un pequeño alboroto entre saludos y bromas. Me acomodo junto a los otros jóvenes jornaleros y mientras el alba nos da los buenos días a través de los cristales, comentamos nuestras movidas nocturnas.

Ha llovido mucho desde entonces, pienso, y sonrío, pues a mis 80 años ya no soy tan popular… ni tampoco tan ágil. Pero, ¿para qué correr?  Mi camino ya esta andado. Viví, y disfruto al recordarlo.


Agustina Antelo